La escuela de Magret en Chipata, Provincia del Este
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| La "sponsor" Julianne conoce a su alumna, Magret |
En agosto de 2017 fuimos con Winnet Phiri para recoger a su hija, Magret, del colegio donde lleva casi dos años, el Colegio Magwero para Sordos en Chipata, Zambia.
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| Fue un largo camino a través de caminos de tierra para llegar al Colegio Magwero |
Juliane ha apadrinado a Magret y así por fin pudo asistir por primera vez al colegio con 12 años. Nos cuesta imaginar lo dificil que habrá sido para Magret que la llevaran a un sitio nuevo y la dejaran allí, sin entender por qué. Magret perdió la audición siendo bebé a causa de una enfermedad. Nunca había asistido al colegio y estamos agradecidos por tener la oportunidad de ayudarla a empezar sus estudios. Ahora han pasado dos años y se ha adaptado, tiene amigos en su nuevo colegio y ha aprendido a comunicarse utilizando la lengua de signos.
En 1955 la Dra. Ella S. Botes, misionera, enfermera y profesora, de la Iglesia Reformada Holandesa estableció el Colegio Magwero para sordos. Este colegio fue el pionero en Zambia y los niños vinieron de muchas provincias de Zambia y Malawi.
La directora del Colegio Magwero nos dio la bienvenida y pidió a uno de los profesores que nos enseñara las instalaciones.
Lo primero que nos enseñaron fue el maíz molido y donde preparan la comida básica; "mealy mealy" o "Nshima".
El huerto tenía muy bue aspecto. Nos impresionó lo bien cuidado que estaba y el gran surtido de alimentos para los chicos.
La residencia para las niñas tiene su propio pozo donde pueden lavar su ropa y recoger agua para beber.
Cada habitación de la residencia tiene capacidad de cuatro a ocho chicas, cada una con su propia cama y bastante sitio para guardar su ropa.
¡A las chicas les encantó la visita! Era el último día del trimestre y estaban preparando sus maletas y limpiando, ilusionadas por ir a casa y estar con sus familias durante unas semanas.
Los chicos también se preparaban para ir a casa, limpiando y recogiendo sus cosas. Se comunican a través de la lengua de signos, así que para alguien que tiene la capacidad de oir fue una visita muy silenciosa a pesar de todas las conversaciones que nos rodeaban.
Llegó la hora de marcharse, pero aunque estemos lejos sabemos que pensaremos a menudo en el Colegio Magwero para Sordos. Ellos están ayudando a estos chicos que si no fuera por la educación que reciben se encontrarían en un mundo muy solitario. En Magwero encuentran a amigos y aprenden a comunicarse con otros.
